Empleados, entre ellos el chef Antonio Moya, abren la cocina del Parador de Cádiz para elaborar menús para las familias más desfavorecidas de la ciudad
El plástico que recauden se destinará a ayudar económicamente a las familias de tres niños que padecen enfermedades raras y cuyo tratamiento es muy costoso
Su precio es simbólico, 20 euros. El destino del dinero que se recaude, lleno de solidaridad. Proyectos de institutos, bibliotecas, talleres y educación en la república africana de Benín, Togo y Brasil.